Teniendo en cuenta los inconvenientes y limitaciones, cada forma de anticoncepción puede considerarse una respuesta a un conjunto de problemas: embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual (ETS) y disminución de la capacidad reproductiva. Esta guía aborda el tema de la anticoncepción desde la perspectiva de los adolescentes, proporcionándoles una visión global de los métodos anticonceptivos más utilizados y ofreciéndoles pautas para seleccionar el adecuado.
Los adolescentes pueden tener mucho más fácil elegir el método anticonceptivo adecuado que los adultos, ya que no tienen que preocuparse de interferir con sus hormonas femeninas ni con otras afecciones médicas. En general, las formas más comunes de anticoncepción para adolescentes son los preservativos, las píldoras anticonceptivas, los parches y los anillos. A menudo se suelen llamar formas «tradicionales» de anticoncepción. Sin embargo, hay varias opciones más que están ganando popularidad entre los adolescentes, como el Sistema Intrauterino (SIU), Depo-Provera y el Método de Conocimiento de la Fertilidad.
Preservativos
Los preservativos son la forma más popular de anticoncepción entre los adolescentes, y a menudo se utilizan tanto para la anticoncepción como para la protección contra las enfermedades de transmisión sexual. Hay preservativos tanto masculinos como femeninos. El preservativo masculino, que suele estar hecho de látex o poliuretano, está diseñado para bloquear el semen y evitar que entre en la vagina femenina. El preservativo femenino es similar en diseño al masculino, pero se coloca dentro de la vagina. Los preservativos suelen tener una eficacia del 85% para evitar el embarazo cuando se utilizan correctamente, por lo que los adolescentes que elijan este método deben asegurarse de utilizarlos cada vez que tengan relaciones sexuales.
Píldoras anticonceptivas
Píldoras anticonceptivas son una forma popular de anticoncepción para las chicas mayores de quince años, y con razón. La píldora es un 99% efectiva para prevenir el embarazo cuando se toma según las instrucciones. La mayoría de las píldoras anticonceptivas contienen dos hormonas femeninas: estrógeno y progestágeno, pero también hay píldoras anticonceptivas que sólo contienen progestágeno. Las primeras se conocen como «píldoras combinadas», porque contienen ambas hormonas, mientras que las segundas se conocen como «píldoras exclusivas de progestágeno». También hay varios tipos de píldoras entre las que pueden elegir las usuarias.
Parches y Anillos
El parche y el anillo son otras dos formas de anticoncepción que suelen utilizar los adolescentes. Ambos métodos liberan las mismas hormonas que las píldoras anticonceptivas combinadas, estrógeno y progestágeno, pero las administran de forma diferente. El parche es un adhesivo flexible que se aplica sobre la piel una vez a la semana, mientras que el anillo es una pequeña pieza de plástico flexible que se coloca en la vagina una vez al mes. Ambos métodos son eficaces en un 91% para prevenir el embarazo cuando se utilizan correctamente.
Método Intrauterino de Conocimiento de la Fertilidad
Sistema Intrauterino (SIU) es una opción anticonceptiva a largo plazo que se está haciendo cada vez más popular entre los adolescentes. El SIU es un pequeño dispositivo en forma de T que se inserta en el útero y libera progestágeno. Suele recomendarse su uso durante cuatro o cinco años antes de que sea necesario sustituirlo y tiene una eficacia del 99% para prevenir el embarazo. La principal ventaja del SIU es que no interfiere en las actividades diarias.
Depo-Provera
Depo-Provera, comúnmente conocida como «inyección», es otra opción anticonceptiva que está ganando popularidad entre los adolescentes. Es una inyección de progestágeno que se administra en un consultorio médico y tiene una eficacia del 99% para prevenir el embarazo. El inconveniente principal de Depo-Provera es que puede interferir en el ciclo menstrual y tardar hasta un año en volver a la normalidad tras interrumpir las inyecciones.
Método de Conocimiento de la Fertilidad
Las adolescentes que buscan una opción no hormonal con fines anticonceptivos pueden considerar el método de conocimiento de la fertilidad. Este método consiste en hacer un seguimiento del ciclo menstrual y controlar los cambios de la temperatura corporal, el flujo vaginal y el moco cervical. En esencia, el objetivo es averiguar cuándo es fértil la adolescente y, a continuación, abstenerse de mantener relaciones sexuales durante ese periodo. El método tiene una eficacia del 91% para prevenir el embarazo cuando se utiliza correctamente.
Conclusión
También existen otras formas menos comunes de anticoncepción que los adolescentes podrían considerar, como el diafragma, el preservativo femenino y los espermicidas. Sin embargo, los métodos ya mencionados suelen ser los más utilizados por los adolescentes. Estos deben hablar con un profesional sanitario para conocer mejor los distintos métodos anticonceptivos y recibir orientación para seleccionar el que más se adapte a sus necesidades. Al elegir la mejor opción anticonceptiva para ellos, los adolescentes pueden avanzar hacia una vida sexual más segura, sana y feliz.