La alimentación por sonda nasogástrica es un recurso médico utilizado cuando una persona no puede ingerir alimentos por la vía oral, ya sea de forma temporal o permanente. Es una técnica clave para garantizar una nutrición adecuada, especialmente en pacientes hospitalizados o con enfermedades neurológicas, digestivas o postoperatorias.
En esta guía completa, te explicamos en qué consiste, cuándo se utiliza, cuáles son los cuidados esenciales y cómo asegurar una correcta nutrición a través de esta vía.
¿Qué es la alimentación por sonda nasogástrica?
La sonda nasogástrica es un tubo delgado que se introduce a través de la nariz y llega directamente al estómago. Su objetivo principal es administrar nutrientes, medicamentos o líquidos de manera segura y eficiente cuando la alimentación oral no es posible.
¿Cuándo se utiliza?
Este tipo de alimentación puede ser necesaria en los siguientes casos:
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Pacientes con dificultad para tragar (disfagia)
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Personas en coma o sedación prolongada
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Tratamientos postoperatorios
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Trastornos neurológicos (como ELA o ictus)
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Cáncer en fase avanzada
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Desnutrición severa
Tipos de alimentación por sonda nasogástrica
La nutrición enteral por sonda puede ser de distintos tipos, según la necesidad del paciente:
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Bolos: administración por porciones, varias veces al día
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Intermitente: por tiempos determinados con descansos
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Continua: flujo constante con bomba de infusión
Cada método tiene indicaciones específicas según el estado del paciente, su tolerancia gástrica y los objetivos nutricionales.
¿Qué se administra por la sonda?
Se utilizan fórmulas nutricionales especialmente diseñadas para cubrir los requerimientos de energía, proteínas, vitaminas y minerales. Estas pueden ser:
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Fórmulas estándar: para personas con necesidades generales
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Fórmulas especializadas: para pacientes con diabetes, insuficiencia renal, etc.
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Fórmulas hiperproteicas o hipercalóricas: en caso de desnutrición severa
Consejos clave para una correcta nutrición por sonda nasogástrica
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Mantén una buena higiene
Lava las manos antes de manipular la sonda y limpia los equipos tras cada uso. -
Posición del paciente
La persona debe estar sentada o semisentada durante la alimentación y al menos 30 minutos después, para evitar aspiraciones. -
Evita obstrucciones
Siempre enjuaga la sonda con agua antes y después de la administración de fórmula o medicamentos. -
Controla los signos de intolerancia
Náuseas, vómitos, distensión abdominal o diarreas pueden ser señales de que algo no va bien. Consulta al personal médico. -
Consulta siempre con un nutricionista
Es esencial que el plan nutricional esté supervisado por profesionales de la salud.
Riesgos y complicaciones posibles
Aunque es un procedimiento seguro, pueden presentarse algunas complicaciones como:
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Obstrucción de la sonda
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Irritación nasal
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Reflujo o aspiración pulmonar
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Diarrea o estreñimiento
Con un correcto manejo y monitoreo, estos riesgos pueden minimizarse significativamente.
Conclusión
La alimentación por sonda nasogástrica es una herramienta vital para garantizar una nutrición adecuada cuando no es posible comer de forma tradicional. Requiere cuidado, conocimiento y supervisión médica para asegurar una experiencia segura, efectiva y lo menos invasiva posible para el paciente.
Si estás cuidando a alguien que necesita este tipo de alimentación, no estás solo/a: apóyate en el equipo médico y sigue una rutina organizada para lograr los mejores resultados posibles.